Por primera vez hace unos meses probé el té de jengibre, nunca antes lo había hecho porque no se me había antojado, de hecho creía que no me gustaba. Hasta que un día fuí a casa de mi amiga Sasha y me dijo que tenía que probar el té de jengibre que estaba delicioso y era un día en el que me sentía con el cuerpo cortado, como cuando me quiere dar gripa, así que acepté. Lo probé y en seguida sentí el picor del jengibre en la garganta y me encantó, quería más y más. Y muy pronto empecé a soñar con este té. Cada vez que paso frente a la cafetería donde lo venden quiero pararme por uno, sin importarme llegar tarde a donde voy. Hoy tengo gripa, así que decidí prepararlo yo solita. Y como me imaginaba, no fue nada complicado y me siento mejor desde que lo empecé a tomar. Así que esta será mi nueva adicción.