Pavo con Mantequilla y Miel

En cuanto comienza el mes de diciembre nos empezamos a preocupar, a los que nos toca hacer la cena de Navidad, que vamos a servir. La tradición nos dice que pavo, y hay una infinidad de maneras de prepararlo. Hay quien lo inyecta con jugo de naranja o vino blanco, otros lo ponemos en salmuera y hay quienes solamente le ponen mantequilla, sal y pimienta. El pavo puede ser ahumado, que ya está completamente cocido y solo hay que calentarlo o puede ser crudo, el cual generalmente encontramos congelado y el que lleva una gran preparación. Y la verdad es que he preparado tanto el ahumado como el crudo y los dos pueden quedar deliciosos.

Me han llegado varios correos pidiéndome la receta que di en Unicable en diciembre pasado. Este pavo se pone en salmuera, pero una salmuera con ingredientes que le dan mucho sabor y después de un día, se mete al horno. Algo que tenemos que cuidar con este pavo es que se dora muy rápido porque tiene miel, así que hay que estarlo checando para que cuando se dore lo cubramos con papel aluminio hasta que se termine de cocinar.

 

Pavo Rostizado con Mantequilla y Miel

 

Tiempo de preparación: 30 minutos

Tiempo de cocción: 3 horas

Tiempo de remojo: 1 día

12 a 14 porciones

Ingredientes:

7 litros de agua

1 taza de azúcar

4 cucharadas de miel de abeja

¾ taza de sal de grano

2 cucharadas de pimienta negra entera

2 cucharadas de pimienta gorda

6 hojas de laurel secas

1 raja de canela

1 cucharada de anís

4 clavos

2 cebollas, cortadas en cuartos

6 dientes de ajo, machacados

10 ramitas de tomillo

2 naranjas, partidas a la mitad

1 pavo de 7 a 10 kilos, limpio y sin las menudencias

2 bolsas para cocinar pavo en el horno

1 barrita de mantequilla sin sal

3 cucharadas de miel de abeja

Preparación:

  1. En una olla mediana calentar un litro de agua con el azúcar, miel, sal, pimienta negra, pimienta gorda, hojas de laurel, canela, anís y clavos, hasta que comience a hervir, moviendo de vez en cuando para que se disuelvan el azúcar, la miel y la sal. Retirar del fuego y dejar enfriar.
  2. Acomodar dos bolsas para cocinar pavo al horno, una dentro de otra, encima de una pavera u olla grande. Acomodar el pavo dentro de las bolsas. Agregar el litro de agua con las especias, después el agua restante, la cebolla, los ajos y las ramitas de tomillo. Finalmente exprimir el jugo de la naranja dentro de la bolsa y agregar también las mitades exprimidas.
  3. Cerrar la primera bolsa tratando de sacar todo el aire posible. Cerrar la segunda bolsa de la misma manera. Tenemos que asegurarnos de que el pavo está completamente cubierto de agua, si no, agregar más agua.
  4. Refrigerar de 12 a 24 horas. Hay que darle la vuelta 3 ó 4 veces al pavo mientras está en la salmuera.
  5. Una o dos horas antes de hornear el pavo, sacarlo de la salmuera, escurrirlo y secarlo con toallas de papel. Acomodarlo en la pavera.
  6. Precalentar el horno a 200°C.
  7. En una olla pequeña derretir la mantequilla junto con la miel a fuego bajo. Barnizar el pavo con esta mezcla antes de meter al horno y también durante la cocción.
  8. Insertar un termómetro al pavo y llevarlo al horno a que se cocine hasta que el termómetro indique 71°C. Si pesa 5.5 kg. tomará 2 ½ horas, 7.5 kg. 3 horas, 9 kg. 3 ½ horas, 11 kg. 4 ½ horas.
  9. Sacar el pavo del horno, pasarlo a una tabla de picar y cubrir con papel aluminio. Dejarlo reposar entre 30 minutos antes de servirlo.

Es importante que el pavo esté a temperatura ambiente cuando lo cocinemos. Si no lo rellenamos se cocina más rápido. Siempre puedes poner el relleno en otro refractario.

Salmón con Lentejas

Estuve buscando una manera de preparar salmón que incluyera sabores otoñales o que por lo menos nos hiciera sentir en calor. Tenía un filete de salmón en el refrigerador y quería prepararlo para visitas. También como es mi costumbre, quería probar algo nuevo, experimentar con sabores. Así que me puse a buscar recetas en libros, en internet y en revistas y finalmente encontré algo que me llamó la atención, una receta de la revista Gourmet para un salmón con lentejas. Y con uno que otro cambio en las hierbas, en las lentejas y en la manera de cocinar el salmón nació esta nueva receta.

Necesitamos salmón, mantequilla, poro, lentejas, cebollitas de cambray, limón amarillo, mostaza y una mezcla de hierbas. Yo utilicé un poco de estragón y cebollín grueso.

Tenía guardadas en mi despensa lentejas negras y me pareció que podían contrastar muy bien con el salmón, pero podemos utilizar lentejas normales también. Se espulgan y se lavan. Después las ponemos a cocinar en agua con sal hasta que estén tiernas.

Cortamos el poro en rebanadas y después lo lavamos bajo el chorro de agua fría para quitar cualquier rastro de tierra.

La mantequilla debe de estar a temperatura ambiente para poder trabajar con ella, agregamos el estragón y el cebollín picado.

Después le ponemos el jugo del limón y la mostaza.

Partimos el filete de salmón en el número de porciones que vayamos a servir. Lo rociamos con un poco de aceite de oliva, sal y pimienta y lo metemos al horno por 10 minutos.

Cocinamos el poro en un poco de mantequilla, le agregué lo que me sobró del cebollín picado para no desperdiciar nada.
Escurrimos las lentejas, guardando un poco del agua donde se cocinaron y las agregamos al sartén con los poros. Le ponemos un poco de la mantequilla de hierbas y las mantenemos calientes.

Sacamos el salmón del horno y lo acomodamos en un platón de servir sobre las lentejas. Dividimos la mantequilla de hierbas restante sobre cada filete y listo.

 

Salmón con Lentejas

6 porciones

Ingredientes:
1 kilo de filete de salmón o 6 filetes de salmón de 180 a 200 gr. cada uno
1 cucharada de aceite de oliva
1 taza de lentejas
1 litro de agua
1 poro mediano, la parte blanca y verde claro solamente
el jugo de 1 limón amarillo
7 cucharadas de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
1 cucharadita de estragón fresco picado
2 cucharadas de cebollín grueso picado
2 cucharaditas de mostaza de dijon a la antigua
Sal
Pimienta negra recién molida

 

Preparación:

  1. Precalentar el horno a 220°C.
  2. Cortar el filete de salmón en 6 porciones y acomodarlos en un refractario o charola para hornear. Rociar con el aceite de oliva y sazonar con sal y pimienta.
  3. Limpiar las lentejas, lavarlas y escurrirlas. Ponerlas a hervir en el litro de agua con sal, una vez que comiencen a hervir, bajar el fuego y cocinarlas por 20 a 25 minutos hasta que estén tiernas.
  4. Partir el poro a la mitad y cortar cada mitad en rebanadas delgadas. Pasar todo a un colador y lavarlo bajo el chorro de agua fría para quitar cualquier rastro de tierra.
  5. Poner 6 cucharadas de la mantequilla en un tazón, agregar el estragón, una cucharada de cebollín, la mostaza, el jugo de medio limón amarillo, sal y pimienta. Mezclar con un tenedor hasta que esté bien incorporado y reservar.
  6. En una sartén a fuego medio alto derretir la cucharada restante de mantequilla, agregar el poro picado y el cebollín y cocinar por 10 minutos hasta que esté suave.
  7. Mientras se cocina el poro, meter el pescado al horno y cocinarlo por 10 minutos.
  8. Una vez que las lentejas estén cocidas, retirarlas del fuego, reservar 1/2 taza del agua donde se cocinaron y escurrirlas.
  9. Cuando el poro esté suave agregar las lentejas escurridas junto con el agua que se reservó, 3 cucharadas de la mantequilla de hierbas, el jugo de la otra mitad del limón y sal y pimienta, mezclar y mantener caliente hasta que salga el salmón del horno.
  10. Para servir utilizar un platón grande, poner las lentejas como cama en el fondo del plato, acomodar el salmón encima de las lentejas. Dividir la mantequilla restante encima de los filetes y servir inmediatamente.

Plaza del Baratillo

En la ciudad de Guanajuato, hay una plaza que todas las mañanas nos ofrece una gran variedad de opciones para desayunar. En la Plaza del Baratillo no empiezan muy temprano los fines de semana. La primera en llegar es la señora del champurrado, como a las 8 de la mañana, y aunque hay varias personas que venden champurrado hay solo una que tuesta el cacao, lo muele y con eso prepara su champurrado, es delicioso.

Eso sí para cuando llegamos, la que tiene el mejor lugar de la plaza es la señora de las flores.

Y también la señora del pan. Como se hacía antiguamente, este pan lo hornean en horno de leña, lo cual le impregna un sabor distinto, ligeramente ahumado pero muy rico. La gran diferencia se ve en los bolillos, pues la corteza es un poco más gruesa y son más crujientes. Aquí podemos escoger un bolillo para las tortas o los molletes, o un rico pan de dulce para acompañar un chocolate caliente o un champurrado.El primer callejón que da a la plaza es el Callejón de la Cabecita. En este callejón podemos encontrar casi el desayuno completo, a excepción del champurrado.

Solamente los sábados se pone el señor de los tamales, quién es famoso por sus tamales de acelgas con elotes y queso. Vende también de otros sabores, pero los de acelgas vuelan.

Subiendo por el callejón sigue una señora que vende café de olla, chocolate caliente, atole blanco y arroz con leche. Yo me fuí bien preparada con mi termo para el chocolate caliente, ella me dijo que era champurrado, pero cuando le pregunté como lo hacía me dijo que le ponía leche san marcos y chocolate abuelita, y claro que al probarlo me di cuenta que era simplemente chocolate caliente.

Sigue el puesto de las gorditas, es el que más espacio ocupa pues primero tienen el comal sobre carbones calientes y después está la mesa con todos los rellenos y las salsas. Y también es el que más clientela tiene.

Tienen una gran variedad de rellenos, chicharrón prensado, nopales, frijoles con queso, papa con queso y habas. Yo me fui por uno de papa con queso, donde las papas las cocinan en un caldillo de jitomate y tienen muy buen sabor, encima le ponen solamente queso añejo. La pedí con salsa verde que estaba super picosa, pero muy rica, y me es difícil decidir si está más rica esta gordita o el tamal de acelgas. Las dos son excelentes opciones.

Para acompañar las gorditas, tienen jugo de naranja fresco, no lo exprimen en el momento, pero está rico.

Pasando por el segundo callejón que da a la plaza, está la señora que tiene el mejor champurrado de la zona. Su champurrado es espeso y con un intenso sabor a chocolate. Lo hace de manera natural, pero su secreto es tostar el cacao y molerlo. Nada procesado ni artificial. Y tanto trabajo se refleja en su rico sabor.

De salida me tocó ver a la señora de las enchiladas mineras, que se pone desde las 9:30 de la mañana y se queda hasta las 8 de la noche. Las prepara con una salsa de chile guajillo, no se rellenan de nada, es solo la tortilla enrollada con esta salsa, encima se le ponen papa y zanahoria en cuadritos, queso fresco y se puede acompañar con una pieza de pollo cocido. Y sus dos vitroleros, como podemos ver, llenos de aguas frescas para acompañar estas enchiladas. Vale la pena regresar más tarde por ellas.

Ponche

En días nublados como hoy se antoja un ponche caliente, no me gusta esperar hasta que comiencen las posadas para tomarlo, así que siempre tengo en mi despensa los ingredientes necesarios para prepararlo.

Desde hace un par de años encontré en el supermercado las bolsas de frutas secas para preparar ponche, se me hacen maravillosas aunque creo que hace falta agregar un toque personal. En mi caso me gusta el ponche con jamaica, así que le pongo una taza más de estas flores. En las instrucciones del paquete dice que debemos agregar 1/2 taza de azúcar, pero creo que sabe mejor si le ponemos piloncillo. Le agrego también un poco más de canela y en algunos casos, cuando tengo, le pongo unas 5 guayabas más. Hoy no tuve así que me quedo con la fruta que viene en el paquete.

En una olla grande puse tres litros de agua, el sobre de las frutas secas, la taza de flores de jamaica, 2 rajas grandes de canela y un conito de piloncillo picado. Dejamos hervir por 30 minutos y listo. Un ponche delicioso que alegra estos días grises en los que no se deja ver el sol.

Pescado en Pepitas

Hace unos años, cuando tenía el segmento de cocina en Univision, preparé este pescado cubierto con pepitas. Creo que el contraste de consistencias, de lo crujiente de las pepitas y lo suave del pescado es lo que hacen de este platillo algo delicioso. Siempre estoy en la búsqueda de recetas como esta, primero por que se que le va a gustar a mi familia, cualquier cosa empanizada o crujiente es un éxito seguro. Segundo porque su preparación es sencilla. Las pepitas se doran en la mantequilla a la hora de cocinarse y para realzar su sabor lleva limón y cilantro picado.

Tuve invitados la semana pasada para cenar, vinieron en un día entre semana y siempre es un reto tener la cena a tiempo, a los niños en la cama dormidos y yo arreglada o por lo menos presentable. Les di este pescado acompañado de jitomates cherry al horno y todo lo pude preparar con anticipación. Preparé el pescado hasta el punto de cubrirlo con las pepitas y lo mantuve en el refrigerador casi hasta la hora de cenar. Justo antes de servir, solo calenté un sartén a fuego medio alto y cociné el pescado por 5 minutos de cada lado y listo, tuve la cena en la mesa. Los jitomates son buena opción porque los puse en una charola para hornear, los rocié con aceite de oliva, sal, pimienta negra, orégano seco y un poco de azúcar y los metí a un horno a temperatura media baja y así pudieron estar una hora antes de servirlos y salieron calientitos, super jugosos y con mucho sabor.

Pescado en Pepitas

4 porciones

Ingredientes:

2 huevos

1/2 taza de harina

1 taza de pepitas naturales sin tostar, ligeramente picadas

4 filetes de pescado blanco como tilapia, blanco de nilo, robalo

2 cucharadas de mantequilla

el jugo de 1 limón

1 cucharada de cilantro picado finamente

Sal

Pimienta negra recién molida

Pimienta de cayena

Preparación:

  1. Poner los huevos en un plato hondo y batirlos. En otros dos platos hondos acomodar la harina en uno y las pepitas en otro.
  2. Sazonar el pescado con sal, pimienta de cayena y pimienta negra. Pasar los filetes por la harina, quitándoles el exceso. Después pasarlos por el huevo, quitando el exceso y finalmente pasarlos por las pepitas.
  3. Derretir la mantequilla en una sartén antiadherente a fuego medio, cuando esté bien caliente cocinar los filetes por 3 minutos de cada lado.
  4. Pasar los filetes a un platón de servir, exprimirles encima el jugo del limón verde y decorar con el cilantro picado.

 

 

 

Hotcakes de Queso Cottage

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Tenemos una costumbre el fin de semana, generalmente es el sábado, pero algunas veces es el domingo. Nos metemos todos a la cocina y preparamos hotcakes de queso cottage. Es el desayuno favorito de la semana y a lo largo de nuestra vida como familia ha ido sufriendo algunos cambios y variaciones, pero esta receta que comparto hoy contigo es la que más ha gustado.

Los hago con harina de arroz pero la puedes sustituir por harina normal. Los acompaño con una salsa de fresas en lugar de miel de maple pues creo que es una buena manera de agregar fruta en el desayuno. Esta salsa de fresas se puede utilizar con cualquier tipo de hotcakes y también como salsa para gelatinas o algún otro postre. Las fresas necesitan un poco de acidez para resaltar su sabor y combinan especialmente bien con el vinagre balsámico, pero también puedes utilizar jugo de limón. De igual manera puedes cambia las fresas y hacer esta salsa con zarzamoras, frambuesas, moras azules o una mezcla de frutas rojas.

Lo que más me gusta de este desayuno es que mi familia se siente super consentida por los hotcakes y en realidad les estoy dando una buena cantidad de proteinas por el huevo y el queso cottage.

Hotcakes de Queso Cottage

4 porciones

Ingredientes:
3 huevos
1/2 taza de harina de arroz
1 cucharadita de vainilla
3 cucharadas de azúcar
1 bote de queso cottage de 380 gr.
Para la salsa:
2 tazas de fresas congeladas
1/2 cucharadita de vinagre balsámico o de jugo de limón
1/4 taza de azúcar

Preparación:
1. Separar los huevos y poner las claras en un tazón y las yemas en otro.
2. A las yemas agregar la harina de arroz, la vainilla, el azúcar y la mitad del queso cottage. mezclar todo suavemente hasta que esté integrado.
3. Batir las claras con un batidor de globo hasta que espumen y agregarlas a la mezcla de las yemas. Mezclar de nuevo, suavemente para integrar. Añadir el resto del queso cottage y mezclar cuidando que no se rompan los pedacitos de queso cottage.
4. En una plancha antiadherente o en un sartén antiadherente caliente a fuego bajo poner dos cucharadas de la mezcla. Cocinar por un par de minutos o hasta que las orillas se sequen un poco. Con la ayuda de una espátula, separar los hotcakes por todos lados antes de voltearlos. Una vez que les damos la vuelta, cocinar por uno o dos minutos más. Reservarlos calientes.
5. Para la salsa, poner todos los ingredientes en la licuadora y moler hasta que quede una salsa tersa.
6. Servir los hotcakes acompañando de la salsa de fresas.

Marquesitas

Cuando era joven, muy joven, solía pasar los veranos en Mérida y en la playa, principalmente en Chelem, un pueblito muy cerca de Progreso donde mis tíos tenían una casita de verano. Por las noches íbamos a la feria del pueblo a jugar futbolitos y a comer marquesitas. Solamente para eso llevábamos dinero, los otros puestos de la feria no eran ni tan divertidos como los futbolitos, donde pasábamos horas, ni tan ricos como las marquesitas. Y en ese entonces las marquesitas estaban rellenas de queso de bola holandés y azúcar, nada más.

Hace un par de meses regresé a Mérida y no pude perdonar la visita a las marquesitas, y para mi es un verdadero suplicio, pues ahora soy intolerante al glúten. Pero no me importó, pues creo que he comido suficientes a lo largo de mi vida. Lo primero que ví fue el menú, con la gran variedad de sabores.

Ya además de las marquesitas, venden las crepas doradas, que ni me molesté en preguntar pues estaba maravillada con toda la variedad de sabores de las marquesitas.

La idea principal es mezclar un queso de sabor fuerte con algo super dulce como leche condensada, pasta de guayaba, mermelada de zarzamora o cajeta. Claro que también las hay rellenas de queso crema y cualquier otra cosa dulce y son una delicia también.

Las masa para hacer las marquesitas es muy parecida a la de los hotcakes, y al ponerla en estas planchas calientes se cocina y queda como un barquillo suave.

Se tiene que rellenar mientras está muy caliente y enrollar enseguida. En cuanto comienza a enfriarse se va poniendo crujiente.

Esta es de queso de bola y queso crema, muy rica, pero yo las prefiero un poco más dulces.

Esta en cambio fue de queso crema y cajeta, mmmmm, de lo más rico que se puede comer en la calle. Y si, tuve que probarlas de nuevo, no lo pude resistir.

 

Risotto de Calabaza con Pistaches

Tenía dos semanas con una calabaza de Castilla en mi despensa, saboreándome todo lo que podía preparar con ella. Primero pensé en hacer calabaza en tacha, pero todavía tengo 4 kilos encima que no he bajado de mi embarazo, así que decidí ahorrarme las calorías y buscar otro platillo. Después pensé en una crema de calabaza con pepitas enchiladas y esa idea sigue presente, pero hace no mucho descongelé un poco que sobró de la última vez que la preparé, así que no me urge volver a comerla, probablemente la próxima semana o la siguiente.

Me encontré recetas para preparar ensalada con calabaza a la parrilla y queso roquefort, pay de queso con calabaza, flan de calabaza y panqués de manzana con calabaza. Y todo suena delicioso, pero no era lo que estaba buscando en esta ocasión.

Uno de los platillos que más me gusta cocinar y comer es el risotto. Desde que lo probé por primera vez me enloquecí con el y compré cada libro de risotto que me encontraba, hasta que tuve 5 diferentes y me di cuenta que la base de todos los risottos es la misma.  Y la belleza de este plato es que lo podemos hacer a nuestro gusto, con los ingredientes que tengamos a la mano. Así que decidí hacer un risotto de calabaza.

Comencé por rostizar la calabaza, pero si encuentras puré de calabaza sin condimentar en lata, te puede servir perfecto para esta receta.

Partimos la calabaza a la mitad y se le retiran las pepitas con una cuchara, después de parte en trozos grandes y se acomodan en una charola para hornear. Rociamos con un poco de aceite de oliva, sal y pimienta y se rostiza en el horno por una hora.

Se deja enfriar un poco la calabaza y cuando esté manejable sacamos la pulpa con la ayuda de una cuchara, dejando solamente la cáscara. Utilicé parte de la pulpa para este risotto y el resto la puse en una bolsa resellable y la metí al congelador para utilizarla en el futuro.

Se derrite un poco de mantequilla en una olla con el fondo grueso, que son las mejores para preparar risotto. Salteamos la cebolla hasta que esté transparente, este es un paso muy sencillo, tanto, que me distraje y se me doró la cebolla, pero no afectó al final porque la calabaza tiene un intenso color amarillo que lo disfrazó.

Agregamos el arroz arborio y se integra con la cebolla y la mantequilla. Cada grano de arroz debe de estar cubierto con un poco de la mantequilla y al minuto de que está en al olla aparece un punto blanco en el centro del arroz. Este es el momento de agregar vino blanco y con una pala de madera remover lo que se haya pegado al fondo de la olla.

Añadimos la pulpa de la calabaza de castilla al arroz.

Se pica un poco de salvia fresca y se agrega también a la olla.

Agregamos el caldo de verduras o de pollo o el agua, de cucharón en cucharón, moviendo suavemente pero de manera constante para que el arroz vaya soltando el almidón. Continuamos agregando caldo y moviendo hasta que el arroz quede al dente, es decir, un poco firme pero sin que se pegue a los dientes. Sazonamos con sal y pimienta.

Tostamos los pistaches y los picamos ligeramente. Finalmente agregamos la mitad de estos pistaches a la olla junto con el queso parmesano rallado, un poco más de mantequilla y un poco más de caldo.

Lo pasamos a un platón de servir y lo decoramos con los pistaches restantes.

Risotto de Calabaza con Pistaches

6 porciones

Ingredientes:

2 tazas de pulpa de calabaza, de una calabaza rostizada
2 cucharadas de aceite de oliva
4 cucharadas de mantequilla sin sal
1/2 cebolla mediana, picada finamente
2 tazas de arroz arborio
1/2 taza de vino blanco seco
10 hojas de salvia fresca
6 tazas de caldo de verduras, caldo de pollo o de agua
100 gr. de pistaches pelados, tostados
1/2 taza de queso parmesano rallado
Sal
Pimienta negra recién molida

Preparación:

  1. Prender el horno a 180°C.
  2. Partir la calabaza a la mitad con la ayuda de un cuchillo filoso. Con una cuchara retirar las pepitas y la pulpa que está pegada a las pepitas. Cortar en trozos grandes la calabaza y acomodarlos en una charola para hornear. Rociar con el aceite de oliva, sazonar con sal y pimienta y hornear por una hora.
  3. Sacar del horno y dejar enfriar 10 minutos. Con una cuchara sacar la pulpa de los trozos de calabaza y reservarla en un tazón.
  4. Poner a hervir el caldo de verduras y una vez que hierva, bajar el fuego y mantenerlo caliente.
  5. En otra olla con el fondo grueso, derretir dos cucharadas de mantequilla y saltear la cebolla hasta que esté transparente.
  6. Agregar el arroz y cocinarlo por uno o dos minutos hasta que cada grano de arroz esté cubierto de mantequilla y se le vea un punto blanco en el centro.
  7. Añadir el vino blanco y dejar hervir hasta que casi se absorba completamente.
  8. Agregar la pulpa de la calabaza, la salvia picada y un cucharón del caldo. Con una cuchara de madera mover el arroz suavemente y de manera constante hasta que el caldo se haya absorbido. Agregar más caldo y seguir moviendo de nuevo hasta que se absorba. Repetir la operación hasta que el arroz esté al dente, es decir, que se sienta un poco firme al morder, pero sin que se pegue a los dientes. Sazonar con sal y pimienta.
  9. Picar los pistaches, no muy finos y añadir la mitad a la olla junto con el queso parmesano, la mantequilla restante y un poco más de caldo. Mezclar hasta que todo se integre y la mantequilla se derrita completamente.
  10. Pasar a un platón de servir y rociar con los pistaches restantes.

Dip de Pimientos con Garbanzos

Una de mis salsas favoritas por su facilidad de prepararla y por que se puede conservar en el congelador es la salsa Romesco, una salsa deliciosa de la cocina española que se puede utilizar para servir con pescado o con pollo. Una variación a esta salsa es este dip de pimientos. Casi todos los ingredientes los podemos encontrar en la despensa y lo podemos servir con verduras, galletas o pan.

Necesitamos pimientos rojos, estos pueden ser de lata o naturales. Los naturales hay que asarlos para quitarles la piel y las semillas. Una lata trae aproximadamente 3 pimientos rojos medianos.

Ponemos los pimientos, garbanzos, nueces tostadas, jitomates secos, vinagre de jerez y limón en el procesador.

Mientras se muelen los ingredientes, agregamos el aceite de oliva.

Esta es la consistencia del dip, un poco espesa, si quedara muy líquido se pueden agregar un poco más de garbanzos.

Lo serví con pepinos y galletas integrales.

 

Dip de Pimientos Rojos con Garbanzos

Ingredientes:
1 lata de pimientos rojos de 390 gr., escurridos
1/2 taza de garbanzos cocidos, de una lata, escurridos
1/2 taza de nueces de castilla, tostadas
2 jitomates deshidratados
2 cucharaditas de vinagre de jerez
el jugo de 1 limón
2 cucharadas de aceite de oliva
Sal
Pimienta negra recién molida
Preparación:

  1. Poner los pimientos rojos, garbanzos, nueces, jitomates deshidratados, vinagre y jugo de limón en un procesador de alimentos. Sazonar con sal y pimienta y moler hasta obtener un dip espeso.
  2. Con el motor andando, agregar el aceite de oliva.
  3. Pasar a un tazón de servir y acompañar con verduras o con galletas.

Conservar la flor de calabaza

Cada vez que compraba flor de calabaza sabía que tenía que limpiarla y cocinarla ese mismo día, pues de lo contrario las flores se comenzaban a marchitar. Le he comenzado a comprar frutas y verduras a un señor que las compra en la central de abastos y me las entrega en mi casa, y como es costumbre, le encargué flor de calabaza (me encanta cenar quesadillas de queso oaxaca con flor de calabaza). Esta semana, se me olvidó por completo la flor en el refrigerador y ayer me acordé que la había comprado. Para mi sorpresa, cuando saqué la flor del refrigerador, seguía muy bonita. Y ya vi cual es el truco para conservarla. Primero hay que envolverla en periódico o en algún otro tipo de papel, y después hay que meterla en una bolsa de plástico. De ahí al refrigerador y en este caso me aguantó 4 días sin problema.